Escuelas de Arte

La Música

La conexión más sublime que tuvieron jesuitas y nativos se dio a través de la música, con un lenguaje que va más allá de las palabras y de cualquier explicación. Es la disciplina artística actualmente más desarrollada. Orquestas conformadas por niños y jóvenes de la Chiquitanía, festivales que se realizan cada dos años y que comparten nuestro talento local con el mundo.

Lamentablemente los grandes esfuerzos por mantener este legado vivo no alcanzan, las orquestas no tienen lugares de ensayo, sus instrumentos no alcanzan a las necesidades profesionales que tienen los niños y jóvenes, no tienen profesores estables y están sujetos al clima y a la naturaleza para poder ensayar y seguir aprendiendo.

Poder brindarles un espacio físico para desenvolver su talento de manera correcta y segura, darles educación constante, cuidando cada detalle, es la única solución para que puedan alcanzar sus metas, crecer y vivir dignamente del arte que los acompaña generación tras generación.

La Pintura

Posiblemente hoy sea el arte más relegado en la Chiquitanía, sin embargo, aún se mantiene viva la esencia de la pintura jesuítica plasmada en murales que complementan el tallado y decorado de las fachadas y de los interiores de las iglesias. Sin embargo, aunque es difícil encontrar pinturas en lienzo, se sabe que los cuadros de las iglesias fueron pintados por los nativos, y sobrevivieron al paso del tiempo cuadros que hoy son una reliquia.

Recuperar esta tradición, y no dejar que esta manifestación artística languidezca, nos llama a la creación de escuelas de pintura que complementen el actual trabajo en madera y pintura mural, que se realiza en la región, elevando el nivel técnico y la calidad de sus artesanías. Pero sin dejar de lado la gama artística utilizando lienzo y papel, trabajar en óleo, acuarela, acrílico y todas las técnicas mixtas para permitir a los pobladores obtener nuevas formas de expresión de su cultura y desarrollar su talento en un campo recuperado que represente nuevas oportunidades.

El Tallado

Tradicionalmente el tallado en madera formó parte de la enseñanza jesuítica, desde los pilares de las iglesias, los muebles, adornos clericales y las grandes imágenes de santos, que hasta hoy embellecen las iglesias. Estos tallados, en su mayoría con motivos religiosos, a medida que avanzaba la enseñanza fueron tomando aspectos estéticos indígenas, por lo que no respondían del todo a los cánones europeos del momento, sino que las proporciones, rostros, detalles y figuras zoomórficas eran extraídas del entorno, tomando su fuerte nativa.

Conservar esta tradición es vital, el tallado en madera, artesanal y artístico, no solo es una forma de expresión cultural, sino también significa un oficio que puede ayudar a los pobladores a generar ingresos para ellos, sus familias y comunidades.